17 de diciembre de 2013

A la muchacha de ayer

A dónde ibas con tu paso a dónde
cuando te adentraste hasta el fondo de mis huesos?
El camino que caminabas
era también otro rayito del sol o la bifurcación del tiempo
para no tenernos en su vientre juntas dormidas?
A aquella muchacha que el azar
nos depara finales distintos irremediablemente
a dónde entonces solo vos y para mí tu mirar infinito?
De tus pasos que se hacían viento
y rozaban con los dedos las paredes que resplandecían respirándote
hasta qué distancia llegabas a dormirte y para vos mi alma?

A aquella muchacha del vestido,
que en el planeta de los nombres no existe
porque su materia es apenas una fisura
que alguna primavera se olvidó,
en mis ojos perduras en tu trayecto
de caminar de verano con tu amigo
y en mis ojos también tu pelo
tu sonrisa sólo una
tu mirada sólo una pero así el universo

A aquella muchacha vestida de sol,
con su voz de ladrido de ángel y nube
Aunque para mis oídos sea ausente su palabra
y sólo el sonido de los autos en lugar,
de vos te guardo toda
y caes en mí con la intensidad con la caen las flores
ya te quiero
aunque no sepa cómo llamarte
dónde encontrarte con qué pensarte
solamente que escuche tu voz entre tantas
que tampoco conozco
te encuentre sabiéndote tu sonrisa
el viento entre tus pelos cortos
el juguete de tus ojos
el sólo vos entre la gente

la llave al paraíso.

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