31 de octubre de 2013

Traspolación nocturna

Mis más modestas disculpas
si en la noche de anoche
sentiste una mano perdida
caminando al ras de tu brazo
o si en el medio del sueño
te despertó un roce
que seguía la forma
que dibuja tu cara
o si acaso sentiste
desde lo profundo de tu ombligo
la mirada triste
de unos ojos huérfanos.

Anoche me equivoqué de sueño,
y llegué hasta tu puerta.

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