11 de octubre de 2013

La despedida

La noche tan noche,
la luna, vieja menguante,
se nos caga de risa:
el reloj marcando el ritmo
la escalera de brazos que se suceden
y cada vez más rápida la danza
el rito de un “hasta pronto” y siempre
siempre la escalera de dedos
de extremidades que son peldaños
el grito esperado
casi ansioso queriendo arrebatarse el cielo
y la carcajada de la noche que retumba
el último abrazo, el beso-fin;
infinito y cascada
grieta que se abre y distancia sin pelo
sin lengua
palabra que es viento
saludo y siempre la caída
el volver a empezando lo mismo
a la vieja luna
llena de misterio
tan llena de vos que es casi mía
casi acá sin vos que no me pertenece
sí, el viaje eterno,
lo de siempre.

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