12 de octubre de 2013

La Bida (o ké + da)

Hoy, en cada brazo,
en cada pierna, en la sola nariz
la pregunta
la big question de para qué
para qué en este cuerpo
bajo esta alma, con tan brillante mente
(y la sucia consciencia de los limpios)
por qué esta ausencia de colmillos
de cola alargada
por qué no el caminar patitas al suelo
y lamernos los cuernos los uno a los otros
(no tan bípedos, tan elegantes)
por qué no la cabeza bajo el agua
y extender las aletas
o charlar un rato desde la raíz de un árbol
por qué la suerte de estar erguidos siempre
de tener el tan imprescindible lenguaje (¡oh si!)
y las horas del reloj (¡si si si!)
de haber creado un dios y haber matado tantos otros
por qué la gracia de estar tan llenos de papelitos y etiquetas
y nombres para todo
por qué la filosofía, la praxis, el progreso
por qué no la simple vida
el sólo vida
de una florcita en el medio del asfalto
de un pez, de cualquier bacteria que duerme en el océano de tu saliva
por qué no la caricia más grande del silencio
por qué sí las ciencias, las certezas
el alma sin cuerpo
el cuerpo sin tiempo
el tiempo sin alba
por qué no la manada y sí las botas
por qué no el vuelo y sí los cables
para qué tanta sangre en nuestros dedos
para qué el orgullo, la razón, las vísperas de año nuevo
y no las vísceras, las escamas, el frote de un cuerpo con la tierra
para qué tanta vida
si nos sobran los motivos
para devolverla.

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