1 de junio de 2013

Saludo

Se trastocaron un poco las cosas, viste,
un poquito más de luminosidad
y plaf
de pronto ya no estábamos en una misma habitación.
Supongo que de nada sirve que tratemos
de buscarle alguna puerta, un porqué
fueron sucesiones, la muletilla previsible.
Nos conocemos,
sabemos a dónde se dirige la cosa.
Y conocemos las nostalgias guardaditas en el escritorio,
las calumnias irrumpidas,
el globo desinflándose de a poco
perdiendo su tamaño
y más chiquito
y cada vez más globito hasta que
plaf
es sólo un globo, baboseado, amorfo.
Vos entendes como viene y va la cosa:
esto de que si nos cruzamos en alguna esquina
vos de una lado, yo del otro
por una misma vereda
sabemos que ahí abajo el kiosquito,
que cómo andas
y los canteros sin tanta flor gastada, marchita
por acá las cosas bien vos
un cielo sin tanta nubecita gris, desesperanzas microscópicas
y un hasta luego que sabés que es un hasta luego
porque ya no hay tanta literatura para ir narrando, viste 
ya no hay más que un gusto verte
y saber que verdaderamente el gusto es mío y tuyo a la vez,
sin tanto remordimiento,
sin tanto juicio detrás de cada muela.

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