23 de marzo de 2013

IX


Qué lindo verte, che,
sentirte de este modo,
el verde del pasto, tu sonrisa repleta de ternuras.
Qué lindo tenerte
y que seas acá
como yo en vos aunque casi interplanetarios, miles de galaxias de por medio.
Y mirarte y mirarme,
aunque sea con distinto rumbo, y así sucesivamente.
Qué lindo el sonido de tu voz, tu boca
tu pelo al entrecortar el viento,
y tu cabeza tan libre, los sueños, atardeceres.
Mis manos con las tuyas,
mis dedos entrelazando tus poros
aunque sea con tacto perdido,
que a nivel empírico equivalga a todos los valores nulos.
¡Qué lindo todo esto que nos pasa, aunque nada sea!
Y quererte así tan absurdamente,
con las letras, los espacios, los silencios
quererte así sin pelos y explicaciones,
quererte así queriéndote como quien no quiere,
pero en realidad
sólo es un corazón de primavera.

¡Qué lindo sentir esto, che!
Esto,
que no es otra cosa que mi libertad de quererte.

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