19 de noviembre de 2012

II


No son mis palabras si no gotas.
Un pequeño poema
que yace sobre la mesa
envuelto en un pañuelo.

No es mío este dolor si no tuyo.
El vuelo de un pájaro
dentro de una jaula
queriendo acariciar las nubes.

No está dicho lo que quise decir si no escrito.
La prematura sensación de torpeza interrumpiendo
el momento de tantas cosas bonitas
que tanto bien me hacen.

Y no pido otro día si no un reloj nuevo,
en donde las horas se apiaden de la liviandad del alba,
y susurren a tu oído
todo aquello que se esconde de nosotros. 

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